Amantes de la Enseñanza

#0014 ¡No es culpa mía! (Elohim Vista)

Jorge comenta:

¡Feliz Día del Amor y la Amistad a todos! Muchas personas, incluyendo a un sinnúmero de Estudiantes de La Enseñanza, piensan que pueden hablar mal de otras personas (con o sin razón) y que todo “queda allí”… que en realidad no tiene mayor trascendencia; y que, en todo caso, con un poco de Llama Violeta después de haber incurrido en el, digamos, “pecadillo” del sabroso chismorreo, se borra todo y no pasa nada.

En el libro “Luz de los Maestros Ascendidos”, vol. 1 (que estoy traduciendo ahora), el Elohim VISTA-CICLÓPEA (Ojo-todo-Avizor y Oído-Todo-Escuchador de Dios) nos ofrece el siguiente consejo práctico, de especial interés e importancia para todo aquel que tome su Sendero Espiritual en serio, y que tenga como objetivo último lograr la Ascensión en la Luz.

Consideremos hoy la gran obligación que ustedes tienen para con su prójimo y sus asociados. Si le envían radiación inarmoniosa a otros, entonces en alguna medida ustedes serán responsables por la imperfección que pueda estar gobernándolos a ellos.

Esta es una de las razones de por qué los Grandes Seres le han pedido a todos los Estudiantes que mantengan el autocontrol y que permanezcan libres de toda crítica, condenación, juicio, odio, ira, envidia, resentimiento o lo que sea… ¡porque ustedes son responsables, amados Míos!

Supongamos que alguien adolece de tan sólo una pizca de envidia y otra persona se dio cuenta. Entonces, le da por comentarlo con dos o más personas, proyectándole este sentimiento a nuestro protagonista, o mantienen su atención sobre esa cualidad.

Si se ponen a conversar al respecto y dicen, “Oye, qué desafortunada es esa persona por ser tan envidiosa”, y mantienen proyectando tal aceptación o sugestión, pronto habrán apilado sobre nuestro protagonista más de la misma cualidad, hasta hacerlo extremadamente difícil de manejar para dicha persona —por más que haga llamados a la “Presencia”. Igual ocurre con cualquier cualidad que otros puedan observar y comiencen a proyectarle a alguien.

Mis Amados, recuerden: ¡el mundo emocional es uno solo en todo el Planeta! Ustedes no pueden escapar de esa Verdad. Por tanto, los individuos son responsables unos para con otros. La humanidad no ha entendido esto, excepto de una manera muy fragmentaria; pero, ustedes que conocen esta Gran Ley, son aún más responsables.