#0034 – El puente a la Verdad (MaháChohán)
Al seguir revisando libros para su próxima re-aparición (en este caso, “Pallas Atenea y el Maestro Hilarión hablan”), me encontré con esta clase que intercala el MAHÁCHOHÁN (Representante del Espíritu Santo para el Planeta Tierra), en cuanto a la necesidad de tener instructor o no.
Me llama poderosamente la atención la cualidad de “temporal” que el MaháChohán le adjudica a todo mediador espiritual, máxime a la Luz de algunos instructores-pastores-clérigos que insisten en ser “la única y fidedigna conexión” con la Deidad, y que hacen sufrir mucho a la gente que los sigue al tratar de que se conviertan en “piedras de su pirámide” (como antes nos dijera el Amado Serapis Bey), ¡y permanezcan como tales!… bajo cualquier cantidad de amenazas directas o sublimes. No en vano el Amado Hilarión habla del escepticismo que le sobreviene a los seguidores de tales individuos cuando finalmente descubren la Verdad (dolorosamente en la mayoría de los casos).
De tiempo en tiempo surgen ciertos individuos que opinan que no se necesita un mediador o “puente” que conecte al Ser Divino con el intelecto exterior. Esta gente está honesta y firmemente convencida de que, considerando que la Presencia está conectada a través del Santo Ser Crístico con el corazón de cada corriente de vida, no se necesitan medios externos de comunicación y guía espiritual. A esta gente le digo lo siguiente:
El propósito de un mediador es transferir la Verdad desde el Corazón de Dios a las mentes externas de individuos que han perdido su contacto personal y directo con su propia Divinidad. Cuando se logra tal propósito, desaparece la necesidad de mediador o transmisión de conciencia alguna; pero mientras que no se alcance este punto, la mente externa de los hombres (incapaz de elevarse a la inspiración de sus propios Seres Superiores) permanece a oscuras. Y es mediante la Misericordia de Dios que reciben la Iluminación a través de aquéllos que han logrado un grado de evolución mediante el cual pueden escalar el Monte del Logro, asimilar la Verdad y llevar el conocimiento de tal Verdad de regreso a los peregrinos en el Sendero. Los peregrinos sabios le echarán mano a cada corriente de vida sobre el planeta que ha tenido comunicación directa con la Presencia desde el momento en que la individualización se dio por primera vez.
Por encima de cada corriente de vida en el planeta sobrevuela una Guardiana Silenciosa. No obstante, si carecen de un mediador o guía espiritual en forma carnal, estos individuos son incapaces de recibir guía directa de sus propios Seres Superiores.
Esto es auto-evidente por razón del hecho de que durante cuatro y medio millones de años, a la Presencia le sido imposible elevar la conciencia externa de la humanidad dentro de una unicidad con Su conciencia, ya que las vibraciones finas y sutiles de la Presencia no son atendidas por los oídos del ser exterior que se les ofrece, y al hacer esto, su ascenso al Monte del Logro será menos arduo.
.Así, Dios, en Su Misericordia, ha provisto consejo espiritual —escalonadamente a través de cuerpos físicos altamente desarrollados como mediadores— que hacen que los yo externos se vuelvan hacia la Verdad. Muchos mediadores falsos han venido. No obstante, el examen de su realidad está en sus enseñanzas: si éstas hacen que el ser exterior se vuelva hacia la propia Poderosa Presencia “YO SOY” del individuo, entonces dicho mediador viene de Dios.
La humanidad es como un gran grupo de gente en la ribera de un ancho río donde no hay comida ni agua ni luz del sol. Al otro lado del río está una tierra que mana leche y miel. La única manera en que la humanidad pueda cruzar el río para llegar a esta tierra de abundancia es utilizando un Puente. Aquellos que son sabios transitan sobre el Puente y entran a la tierra rica y fértil, reciben su abundante alimento, y lo llevan de regreso a sus menos atentos hermanos (quienes rehusan entrar a la rica tierra por medio del Puente, prefiriendo permanecer en privación hasta que puedan cruzar el río bajo su propia motivación). Se necesitará que haya un Puente hasta haber desarrollado el conocimiento espiritual mediante repetidos cruces hasta la orilla opuesta, donde se alcanza toda la Verdad.
.Amados, la levitación es una actividad tanto del espíritu como del cuerpo. Cuando se desarrolla la levitación espiritual, cada individuo puede zambullirse dentro del corazón de su propia Presencia y traer adelante la plenitud de la Verdad. Pero la masa de la humanidad no desarrollará esos poderes espirituales hasta que acepte y utilice el conducto del Puente o mediador que la lleve dentro del Ámbito de la Verdad, donde podrá sentarse humildemente a los pies del Maestro, y podrá adquirir los medios y maneras por los cuales se podrá desarrollar su propia percepción espiritual.
El conocimiento que los Maestros tienen del Fuego Sagrado, de la Llama Violeta y del Destino Divino del Planeta Tierra… todos fueron obtenidos en la ribera distante y traídos de vuelta a la tierra de privación.
Me complace, Amados Hijos de Mi Corazón, que hayan participado sabia y humildemente de esta copa. Se han servido por cuenta propia de la Misericordia que brinda un Puente como éste. Al cruzarlo repetidamente, muchos de ustedes pronto harán el contacto suficiente como para que el Ámbito de lo Real fluya dentro de ustedes, y permanecerán en conciencia de la rica y verde orilla; así, en sus relaciones con su prójimo —cada momento de las cuales exigen el ejercicio de amor, paciencia y auto-disciplina— serán centros irradiantes de Mi Paz sobre la Tierra.